24 de diciembre de 2009

IMPRECISO

que la culpa funda familias.

También sé que la culpa es femenina. Los varones lo sabemos muy bien.

Sé que los míos, después de los 60, se mueren cuando quieren.

Sé que la paciencia es el árbol más generoso. 40 años costó entenderlo. Su generosidad es solo comparable a la del limonero pero sus frutos más brillantes, más dulces, más jugosos.

Me gustan las naranjas. A toda hora. Así, cortadas en cuatro, mientras se pasa la vida.

Sé que una mujer enamorada es una fuerza natural. También sé que la naturaleza no tiene plan. O sea.

Sé que el mundo se parte cuando elijo. Y aun así.

Sé que muchos varones se incomodan si te corrés de la media hacia arriba. Sé que muchos varones te cuentan entre sus amistades más leales si elegís la medianía.

Y entonces? Segunda línea o tercera casi segunda. Se termina haciendo lo que uno quiere.

Sé que los que realmente saben lo comparten todo el tiempo. Se les ocurrirá algo más luego. Ellos mismos pueden hacer otra cosa, cambiar de oficio, ser lo que nunca imaginaron.

Sé que la maldad es infinitamente más poderosa e interesante que la bondad.

Sé que después de los 40, no hay nada dramático. Pero hago el esfuerzo. Pongo la cara que se supone digo las palabras que hagan falta.

Sé que la enorme mayoría de la gente no me interesa. Eso sí, nada personal. Ni a favor ni en contra. Todos valemos uno mientras no nos empeñemos en sustraernos de esa cantidad.

En razón de esto de arriba sé que cuando soy amable soy invencible.

Sé que una palabra ilumina o desmorona una vida.

Los pilotos automáticos son buenos de vez en cuando.

No avives giles. Lo vas a lamentar.

Honrá a los que te hicieron lo que sos. Tu memoria agradecida es la eternidad que tanto se manosea en los templos.

Hay muchísimas formas de no decirte lo que pienso.

Soy así porque una me amó sin límites. Después vinieron otras que también lo hicieron pero solo aquella, primera, supo librarme de todo mal.

No es así, mare linguam?

Te estoy hablando. No es así?

Ella me alzaba en sus brazos y recomendaba que, en lo posible, no me dejaran tocar el piso. Luego, me dejaba en brazos de mis primas.

Yo retribuía la inmensidad de ese amor pateando sus tobillos para que me suelte. Ella seguía como si nada, peinándome, en una tarde donde la muerte estaba servida a dos habitaciones de distancia.

No sirve de nada tener razón. El desierto de Atacama es menos árido.

El sentido común? Ah, el sentido común. Buenooo… Si ahora sí... depende de qué lado de la vedera estés, claro. Me parece a mí, o no?

Sé que el robo es la normalidad en la sociedad humana. Todos roban.

Boludo el que presta un libro. Boludo el que lo devuelve.

La estupidez no se cura.

La inteligencia es puro erotismo y las serpientes se encantan.

No te hagas el inteligente. Solo mostráte como sos incluso cuando veas que no les van gustando las formas que tu formas.

Me han dicho que la venganza es el placer de los dioses. Y sigo sin saberlo porque suelo quedar a mitad de camino. Me distraigo en la cocina y se me va pasando. Tal vez deba confesar, levemente ruborizado, que eso sucede porque he descubierto que la indiferencia es el postre preferido de los dioses.

De las pérdidas quedan como coágulos. Ojo, son pepitas de oro.

De lo conservado queda el barrio. No dije barro dije barrio. Entonces la familia entonces la mística entonces lo peor.

Alguien dijo que la única patria es la infancia. Le faltó agregar la siguiente condición: unos 12.000 kilómetros de distancia de la infancia, en París sin aguacero todo el mundo de por medio.

Sé que la belleza es un escándalo para la mente y un disparo de esperma al corazón de la especie.

Si no me creen vean esto: “cuando te miro a los ojos / me ofrece tu boca la entrega total / siento que un río de tigres / me cimbra las venas oscuro y sensual”.

Uno coge cuando habla. Uno habla cuando coge. Es exactamente lo mismo.

Dios no es bueno ni malo. Es algo mucho peor. Dios es indiferente.

Tengo espacios dedicados a gente que me salvó la vida. A algunos ni siquiera los conozco. Juan Gelman, Francisco Urondo, Alejandro Dolina, Diego Capusotto entre otros. No es lo único que han hecho por mí: me convencieron de que se puede vivir en argentina.

Sé que escribir es un don.

Sé -a esta altura debo saberlo- que el amor es un milagro.

Sé que este es un país de almaceneros. Y se vuelve siniestro cuando uno piensa que su despensa es el centro del mundo. En ese exacto momento comienza a morir gente. Mucha gente. Desde El matadero hasta ahora ha sido fatalmente así.

Puedo encontrar en el oscuro una dedicatoria que dice: “Por la otra noche de mayo. Juan Gelman”

Sé que la noche me reconcilia con mi propia oscuridad. Y nos llevamos bastante bien.

Algunos poemas me estremecen como si fuese la primera vez. Cándido demudado como aquella vez que ella me dejó ver, por un segundo, sus tetas perfectas. Ella era mi madre.

No tengo la menor intención de enumerar esos poemas.

Tengo cuestiones personales con alguna gente? Claro que las tengo como todo el mundo. El que dice no tenerlas es idiota o está mintiendo.

La verdad está en estricta relación a mi pellejo.

La estupidez resguarda de la torpeza del mundo pero no resguarda del dolor. Y duele. Duele como la madre que te parió.

Obviamente el dolor es algo tan ecuménico como la muerte.

Hay varias formas de cobrarse. Ustedes tienen las suyas y yo las mías.

El que no se cobra no sabe lo que se pierde.

Cierto día desperté con la certeza de que era un tipo común. No parecía muy interesante ni divertido pero, desde entonces, mi vida mejoró lo necesario como para entenderlo. Ninguna misión ni llamado a ser nada ni que te llueva finito. Un tipo común. Ja

Ay carne mojada carne apenas salada de la noche 336. Como me gustaría volver a verte.

Tuve sueldo de hijo hasta los 37 años. Como ven soy nuevo en esto.

A veces escribo.

Oscar Masotta me enseñó que es un padre en una tarde de plomo fundido en barrio Güemes cuando leía y leía sintiendo que no se iba a terminar nunca.

Sepan disimular pero tengo cosas que hacer y no recuerdo haberlos invitado.

Samuel White
live in América

1 comentario:

ConraConradoxd dijo...

no tengo dudas de que escribir es un don en el que me deslumbras hasta hacer emocionar...